La responsabilidad afectiva está ligada a la mentalidad consciente de los actos cometidos en relación con los otros que nos rodean. Es importante tener claro que la forma en que actuamos afectará directamente a la otra persona. Cada vez que se pacta un trato, sin importar la característica del mismo, es necesario cumplir con lo establecido a cabalidad.
No importa si dentro del acuerdo se establecieron pautas para un negocio o para formar una relación sentimental, lo único que importa es reconocer y ser consciente que las acciones que realicemos hoy repercuten a quien hizo el trato con nosotros.