Posteriormente, testeo la casa preguntando si hay espíritus. Si los hay se manifestarán respondiendo el llamado, lo que me da paso a realizar el ritual que sacará cualquier ente que esté interfiriendo tu hogar.
Doy paso al ritual colocando un altar de bóveda, es decir, una mesa con velas encendidas que servirán para llamar y guiar los espíritus. Un espejo en la habitación, funcionará como portal para que los espíritus estén más cerca de nosotros los vivos.
En el centro del altar deberá estar un objeto personal del dueño de la casa, que use frecuentemente como un bastón o las gafas, etc. Los espíritus reconocerán quienes los llamaron. También comunicarán lo que quieren para salir de la casa o por lo menos, no manifestarse más en esta.