Por otro lado, las historias de brujas cuentan que quienes practican la brujería les gusta jugar con los animales, lastimarlos y enfermarlos.
Por ejemplo, los pobladores que dejan sus animales a la intemperie, como el ganado, han escuchado que un espectro molesta a sus animales. A la mañana siguiente el ganado aparece marcado por uñas y colmillos. Hay otros que amanecen enfermos y desganados.
En ocasiones, los pobladores hacen guardia para capturar al intruso que molesta los animales, pero, lo que ven son animales pequeños que se escabullen, lo cual retoma al punto anterior: las brujas se transforman en animales para hacer de las suyas.