Te cuento sobre Ana, una clienta que llegó a la botánica un día muy frío en Chicago. Venía con su corazón hecho trizas después de una ruptura y perdida en su trabajo. Anhelaba saber qué le tenía preparado el destino, así que le realicé una lectura de cartas.

Las cartas indicaron que aunque estaba en medio de una tormenta, eso era solo el comienzo de algo mejor. La Torre en el amor le sugería que era momento de dejar aquello que no le servía, y la Estrella en el trabajo le abría nuevas perspectivas.

Experiencias como la de Ana me recuerdan por qué amo hacer lecturas de cartas. A veces, una orientación simple puede transformar la vida.